Claro que para este fin tuvieron que conseguir primero un espacio lo suficientemente grande para poder meter los contenedores, así que compraron un edificio vacío que con anterioridad albergaba una lavandería china y una fabrica de pasta dental (9,500 metros cuadrados, ni más ni menos) y luego tuvieron que conseguir los contenedores.
Esto fue un poco más difícil, en Alemania (que fue el primer lugar donde encontraron contenedores vacíos) no te los venden para su uso como vivienda. Al final terminaron comprando unos de San Franciso que, curiosamente, es donde viven, así que les convino y empezaron a remozarlos.
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